La vida está en
permanente renovación. Ella está en el presente y hacia delante, y es la mente
la que se queda en el pasado, en el paradigma de que todos los días estamos
viviendo una rutina o agendas repetitivas. Sin embargo, no es así; lo que está
vivo está en permanente transformación.
Entonces, ¿cuándo
logramos ver los nuevos comienzos?
Generalmente,
cuando atravesamos un cambio drástico aparece la necesidad de iniciar cosas
nuevas, así como en los comienzos de año, los cumpleaños y las fechas que nos
hacer recordar que la vida está avanzando. No obstante, si vivimos con la
consciencia de que la vida no se detiene, y fuésemos más atentos y sensibles a la
constante transformación, quizá también seriamos mas facilitadores de esta
transformación en nosotros mismos.
Los nuevos
comienzos se conectan con la necesidad de estar atentos a las señales del instinto
creativo y de la curiosidad por la vida.
Cuando se abren
nuevos caminos debemos permitir que las ideas diferentes nos aborden, que haya
lugar para experimentar y para aceptar el reto de crecer, encontrando en las experiencias
similares ya vividas lo nuevo que no hemos visto aún.
Los nuevos
comienzos nos invitan a correr riesgos, a la posibilidad de cometer errores y al
camino del aprendizaje. Recuerda que el miedo bloquea los nuevos comienzos en
tu vida.
Es importante
resaltar que un nuevo comienzo no consiste en buscar nuevos trabajos, nuevos
viajes o nuevas formas de vida. Realmente consiste en tener nuevos ojos para
verla y para descubrir nuevos escenarios.
El mundo afuera se
transformará como resonancia de tu transformación.
¿Cómo hacer para
estar abiertos a las nuevas experiencias?
1. Sal de tu rutina.
Suelta tu zona de
confort y atrévete a poner en cada día algo que te eleve la inspiración.
También haz pausas para sentir la maravillosa bendición de estar vivo.
2. Permite que, en el
silencio de tu mente, tus pasiones y potenciales se revelen.
3. Permítete vivir
haciendo algo que amas.
Disfruta sin que
importe el resultado final. Si lo vives con amor, consciente de cada aprendizaje,
no tardarás en ser un experto.
4. Vive con la
humildad de aceptar que tu no controlas la vida.
Tu estás en la
vida para aprender y tienes la libertad para elegir tus aprendizajes, pero no
los resultados. El camino que elijas de corazón y con humildad, te conectará
con tu esencia más profunda, te permitirá trascender y, lo más importante,
encontrar tu paz mayor.