Si no encuentras tu centro, no hay satisfacción posible. Puedes ir buscando y encontrarás muchas cosas en la vida, pero nada te va a satisfacer. Será sólo una ilusión momentánea cuando se alcanza un deseo. Durante un momento te sientes bien, pero sólo por un momento. Apenas un deseo desaparece, diez deseos surgen en su lugar. Nuevamente toda la agitación comienza, nuevamente toda la fantasía. Y es un proceso interminable.
Sólo encontrando tu centro este proceso se detiene, esa rueda no se mueve más. Regresando a casa, a tu centro, todos los deseos desaparecen, estás completamente satisfecho y para siempre. No es una satisfacción momentánea. Es alegría, absoluta alegría. Regresar a casa dentro de ti mismo te satisface, realmente te satisface.
Todo lo demás en la vida es promesas, pero sólo falsas promesas. Los bienes nunca se entregan. El dinero promete que si lo tienes, serás ayudado. Pero la gente continúa volviéndose más y más rica y la felicidad nunca llega. Está siempre allí como el horizonte, muy escurridiza. Las relaciones te dan la idea de que ahora todo será mejor y que vivirás feliz para siempre, pero esto nunca sucede.
Sólo al encontrar tu centro la satisfacción se produce.
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