Al contrario de lo que muchos piensan, los juicios son una de las formas más poderosas para impactar y empoderar a los equipos o interlocutores en nuestro quehacer laboral.
Con ellos puede hacerse bien, pero también puede hacerse mucho daño. Todo depende de la forma en que se construye la conversación.
Es importante considerar algunos aspectos que fundamentan el uso adecuado de esta poderosa herramienta.
1. Considera su fundamento:
Cuando se entregan o se reciben juicios hay que considerar su fundamento. Lo que mas daño hace al momento de compartirlos es que muchas veces se olvida fundamentarlos o se hacen de forma ligera sin considerar el impacto.
Hay aspectos claves para empoderar y fundamentar los juicios:
- Dar claridad sobre las inquietudes o propósitos de la conversación donde se entregarán los juicios.
- Entregar en la conversación afirmaciones, contextos específicos o ámbitos sobre los que se han de realizar los juicios, especificando los comportamientos o acciones por los que éste se ha generado.
- Traer a la conversación el propósito y la relevancia del juicio. En otras palabras: ¿Es este aportante, relevante y beneficioso para los implicados?
- Hay que ser lo mas específico posible y claro con los estándares de medición. Es decir, las palabras van mas allá de la generalidad y dan claridad en los aspectos valorados al realizar el juicio. Ejemplo: En vez de “Te falta compromiso” puedo usar \»Cuando llegas tarde a la reunión pienso que tienes poco compromiso\».
2. Crea el contexto y genera confianza.
Se deben entregar los juicios y las observaciones verificando la comprensión de los mismos.
Esto evidencia la confianza en que los comportamientos que generaron el juicio se pueden cambiar, y con ello se muestra la disposición a modificar las interpretaciones, señalando los comportamientos que facilitarían realizar juicios diferentes sobre la situación.
Una acción cambia el juicio, y esto es posible en la medida en que las conversaciones propicien aprendizaje y nuevas oportunidades de acción.
3. Proalimenta y agradece
Dar o recibir juicios en un contexto de gratitud facilita el empoderamiento mutuo y la generación de aprendizajes continuos en nuestras conversaciones, especialmente cuando se busca el desarrollo de un equipo o de sus colaboradores.
La proalimentación se refiere al foco, siempre puesto en el futuro y no en pasado.
El pasado nos deja en una situación donde ya no es posible hacer mucho, mientras el futuro activa la visión creativa, da ideas de nuevas formas de enfrentar una situación y eleva el entusiasmo a generar acciones nuevas de aprendizaje. Por eso, solo se busca el pasado de un juicio para fundamentarlo.
Cerrar con gratitud la conversación deja vivo el espacio de la relación y fertilizado para nuevas conversaciones que seguirán generando aprendizaje.
4. Si eres quien recibe el juicio…
Busca una mirada apreciativa de la situación. La otra persona trae un regalo maravilloso en el que podrás reconocer cómo te están interpretando los demás y esto abre puertas como oportunidades de mejoramiento.
Por otro lado, cualquiera que sea la opinión que otros tienen sobre ti, puede ser modificada a partir de aprendizajes y nuevos comportamientos. Para ello es importante comprender de dónde vienen sus interpretaciones. Si fuese necesario, indaga para mejorar la comprensión y agradece para dejar un espacio de confianza abierto y dispuesto a futuras conversaciones.
Un directivo evidencia madurez al aceptar situaciones donde hay diferencias o donde corresponde algún aprendizaje.
Los grandes equipos no siempre están de acuerdo, pero saben que en la diferencia, si hay respeto, se encontrarán múltiples oportunidades de continuar evolucionando.
¡Activa tu potencial!